El Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, irrumpió en el escenario político por la fuerza: lideró un golpe de Estado fallido contra Carlos Andrés Pérez (CAP) el 4 de febrero de 1992.
Chávez purgó su delito contra la democracia con cárcel, y 7 años después arribó al poder por la vía de los votos, arrasando en las Presidenciales de 1998.
Pero hoy el líder socialista señaló que en las venideras elecciones del 7 de octubre, en las que enfrentará al candidato único de la oposición, Henrique Capriles,preferiría medirse contra CAP, a quien tildó de gigante político.
Y si no fuera CAP, pudiera ser el adeco Rómulo Betancourt, conocido con el mote de "padre de la democracia". O el copeyano Rafael Caldera.
"(Capiles) es el nihilismo, es la nada. Como me hubiera gustado a mí enfrentarme a Betancourt, a Rafael Caldera (...). Al mismo Carlos Andrés (Pérez)", soltó el Presidente en un contacto telefónico que fue transmitido por la televisora estatal.
Pero Chávez tiene un inconveniente. Todos los políticos a los que hizo mención fallecieron.
Ante esto volvió a mencionar al humorista Benjamín Rausseo. "Pero él no quiso (inscribirse)", añadió.
La preferencia de Chávez por CAP, Betancourt o Caldera se convierte en un nuevo señalamiento a la candidatura de Capriles, a quien considera poco preparado para gobernar al país. Ya antes dijo que de todos los candidatos de las primarias opositoras resultó ganador "el peor" de todos.
Este mismo lunes el politólogo Miguel Ángel Pérez Pirela recordó las palabras de Chávez e hizo su propio análisis: "La oposición está huerfana de padre y madre".
Aunque para Chávez el opositor Capriles no llene los zapatos de los "gigantes" de la política venezolana del siglo pasado, de todas formas tendrá que enfrentarlo el 7 de octubre. Eso sí, no debatirá con él. O al menos eso insinuó hoy, puesto que le "daría vergüenza".