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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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“La tierra tiene que ser tierra de hermanos y no de enemigos”

“La tierra tiene que ser tierra de hermanos y no de enemigos”
“La tierra como don de Dios tiene que ser tierra de hermanos y no de enemigos”, señala el Arzobispo Coadjutor de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti,  al asegurar que si los seres humanos viviéramos y fuésemos servidores del Plan de estas confrontaciones estarían ausentes.

“Cuando la tierra no es de hermanos es ahí donde surgen los conflictos, las peleas, las confrontaciones. Y esto lo experimentamos muchas veces también en nuestro país, en nuestra sociedad”, remarcó en la homilía de este domingo.

El país está atravesando conflictos sociales, como los enfrentamientos  entre mineros asalariados y cooperativistas por concesiones para explotar las riquezas de la tierra,  hay discrepancias entre políticos, secuestros, desapariciones, peleas y otros.

Se debe recordar que el Presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) y Arzobispo de Santa Cruz, cardenal Julio Terrazas, realiza una peregrinación de acción de gracias a Tierra Santa, en Israel, desde el 11 de junio, concluirá el próximo 26.

Estas discordancias llegarían a su fin si el ser humano enmarcara su accionar en el Plan de Dios, pues, “yo creo que es aquí donde nosotros encontramos los verdaderos fundamentos de los derechos humanos, del trato justo e igualitario entre todos, de respeto al otro y de la libertad”, remarcó monseñor Gualberti.

“Todas las diferencias que pueden existir a nivel personal o social no son para que uno se crea superior al otro y se aproveche del otro o que lo somete, sino que son dones para compartir, para complementarnos y enriquecernos mutuamente”, señaló.

Indicó que el plan de Dios está ya como semilla y “va creciendo lentamente, silenciosamente, de día y de noche”. Pero “es claro que esto compromete también la acción de cada uno de nosotros como bautizados y por supuesto de toda la iglesia”, puntualizó.

El Arzobispo Coadjutor de Santa Cruz también se refirió a la impaciencia de los seres humanos e indicó que “esta tentación la sentimos mucho más fuerte también hoy ante el mundo actual que desconoce la presencia y la actuación de Dios en la historia”, además, la desazón se produce en “un mundo que va prescindiendo de Él, como si no existiera”.

El “mundo que está muy trastornado por tanta exterioridad, tantas palabras, tantos ruidos, tantas luces”, entonces “no está acostumbrado a ver los pequeños signos, que están ahí y no puede por lo tanto percibir este crecimiento silencioso y humilde, pero poderoso”.

“El Reino no viene con bombos y platillos,  el Reino crece en la humildad y el silencio, pero llega y crece al punto que cobija a todas las personas que creen en Dios a todos los que trabajan por el bien común, a todos los que lucha por la justicia la libertad la verdad y la paz”, puntualizó el prelado.

Entonces “si pudiéramos vivir este proyecto de Dios, si lo acatáramos en el mundo y en nuestro país no habría tantos odios, tantos enfrentamientos, tantas divisiones, tantos miramientos”, indicó al insistir en que “estamos llamados, también, nosotros a dar testimonio y a manifestar este proyecto de Dios desde ahí donde estamos con esa certeza que el Reino de Dios va creciendo”.  //JTI//