Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
  • Actualizado 00:00

La Iglesia católica y la situación social

La Iglesia católica y la situación social

Orientación.

La Iglesia católica cumple con su rol de orientación. Lo que se extraña es la palabra de otras instituciones que parecen adormecidas en su pensamiento y reflexión.

Aunque altas autoridades del Gobierno sostengan que la Iglesia católica debe cumplir su rol espiritual y dedicarse a salvar almas, la palabra de los prelados tiene un peso innegable en la población boliviana y mucho más cuando el país enfrenta conflictos sociales de magnitud y que demandan soluciones.

Si bien es cierto que Bolivia es un estado laico, la Iglesia católica tiene influencia en aspectos de la vida nacional a partir de que la mayoría de la población boliviana profesa esta fe y doctrina y porque su intervención en diferentes momentos sociales ha sido decisiva en la historia nacional. Se puede afirmar que la Iglesia católica ha contribuido a la pacificación del país en situaciones álgidas y cuando los enfrentamientos y el desborde social parecían incontrolables.

La reciente reunión de la Conferencia Episcopal de Bolivia, realizada en la ciudad de Cochabamba, ha emitido un documento de análisis que plantea advertencias sobre la situación actual que atraviesa el país. Toca varios aspectos. entre ellos el narcotráfico y alerta una vez más sobre este flagelo y sobre la drogadicción, indicando que son muchos los jóvenes, adolescentes y hasta niños que se han convertido en consumidores de la droga y muchas familias se ven afectadas por esta situación. Hace algunos meses el obispo de Cochabamba Solari, había expresado que en poblaciones del Chapare los niños eran utilizados para la venta de droga, lo que originó una acre reacción del Gobierno. El tiempo parece que le dio la razón a esta autoridad eclesiástica.

Una de las reflexiones oportunas que emitió la reunión de la Conferencia Episcopal tiene relación con lo que denominan “el deterioro social” que está provocando los conflictos sociales, la violencia y el miedo por la inseguridad ciudadana que vive el país. El análisis de los obispos católicos representa la realidad que a diario viven los ciudadanos y que se refleja en los hechos noticiosos que difunden los medios de comunicación social y que entre otras cosas conforman situaciones concretas que están a la vista de todos los ciudadanos.

Las protestas públicas de sectores sociales, las marchas, acciones extremas como las crucifixiones de personas o el cosido de labios y en general situaciones que tardan en resolverse como la huelga de los médicos, de los trabajadores y el problema del TIPNIS son asuntos que sirven como ejemplo a los obispos para argumentar la permanente degradación de la convivencia pacífica entre las comunidades y los pueblos.

La Iglesia católica en este sentido lo que hace a través de su pronunciamiento público es un llamado de atención, una especie de exhortación para que las autoridades elegidas democráticamente, busquen soluciones en la perspectiva de que el país no ingrese a una espiral de violencia. Puede ser la Iglesia católica, o cualquier otra, pero en este caso con mayor fundamento y solvencia, la que se pronuncie sobre los problemas que tienen que ver con la realidad del país y en esta labor se trata no solo de un diagnóstico sino que plantea orientaciones.

Lo que generalmente se extraña en el país es la palabra de otros organismos institucionales y colegiados que analicen la problemática actual y establezcan planeamientos, como las universidades, los empresarios, los colegios profesionales, que parecen adormecidos en su pensamiento y en su capacidad de reflexión frente a los problemas que angustian a los ciudadanos.