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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Energética del Mercosur

Energética del Mercosur
Las cantidades de gas en reserva de los socios del Mercosur, principalmente de Bolivia como centro de producción de gas natural del bloque integrado, pueden ser motivo de una nueva profunda reflexión del futuro energético autosustentable del bloque y más aún: sugiere a creer en un bloque comercial que venda productos acabados de industrialización de gas natural -plásticos, úrea, fertilizantes, diésel ecológico a partir del gas natural-.

Es importante hacer notar que Mercosur es un bloque poderosos tanto como vendedor como consumidor de productos energéticos. Contiene en su seno a la sexta economía más grande en crecimiento del planeta: Brasil que perfectamente encaja en el modelo de aportante a la integración energética y al mismo tiempo consumidor de productos de valor agregado.

La matríz energética brasileña está sustentada en fuentes renovables y no-renovables siendo el principal el petróleo, con importantes futuras contribuciones al bloque gracias a las todavía no-explotadas reservas de gas de la zona off shore presal. Paraguay tiene una importante presencia del agua en la generación eléctrica, lo que la pone aparte de las consideraciones de generación de energía fósil.

Tiene una matríz energética muy limpia pero con urgentes necesidades de gas y combustibles que a mediano plazo pueden afectar su crecimiento.

El caso boliviano es paradigmático: siendo la primera potencia gasífera del continente (porque su territorio aun no fue completamente explorado, y sus reservas de gas no son combinadas con el petróleo como el caso boliviano, haciendo costes de producción mucho más bajos (aún no logró su efectiva independencia de suministro de diésel que lo importa desde Venezuela).

Argentina tiene alta dependencia de combustibles fósiles con una producción petrolera y gasista que no llega a satisfacer, en muchos casos, su propia demanda interna importando, inclusive LNG de otros países.

El caso uruguayo también tiene dos vertientes: la generación hidroeléctrica y la importación.

Se plantea, consecuentemente un nuevo reto: pensar en la formulación de las bases de la PEM, Política Energética del Mercosur, orientada a: generar integración, armonización e interdependencia del bloque con plena autonomía en autosuministro.

El estudio de una “norma general” para el Mercosur y la consideración de hacer inversiones bi o multinacionales en industrias de valor agregado al gas natural, de manera de dar el paso de la exportación primaria de materia prima a la generación de productos energéticos (ejemplo, diésel a partir de gas natural, productos plásticos y urea y electricidad a partir del gas) serían proyectos serios y coherentes que movilizarán al bloque a tener oferta de valor agregado y la posibilidad de competir en nuevos mercados, a la par de tener sus propias reglas de autoabastecimiento.

Para ello es importante establecer bandas y modelos de precios, esquemas de integración multilateral que sean más ejecutivos y con capacidad de decisión política para motorizar de una buena vez este lado del continente. Sin soberbia ni pretensión Bolivia es la llave principal del suministro de valor agregado a la comunidad del Mercosur por su condición de epicentro estratégico en distribución de energía y para dar el paso de la integración con el esquema CAN, Comunidad Andina de Naciones.