Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Paz en tu tumba Domitila

Paz en tu tumba Domitila
Sufrió torturas de esa gente que obedeció la doctrina de la “seguridad nacional” impuesta por el anticomunismo del Imperio, cooperado por integristas nacionales, descansa ahora en el cementerio, recibió el homenaje que deberíamos darle en vida. Junto a otras mujeres y personas que se solidarizaron con su inquietud, logró doblegar a un dictador y a su ejército, ahora partió a gozar del Reino prometido por su Creador: Domitila Chungara, luchó por la amnistía y la vuelta a la democracia del país, desconocida de muchos especialmente por quienes se sienten inventores de la transformación social. Sufrió suplicios increíbles, hasta el extremo de despertar en la cárcel, con su niño muerto, por golpes a su madre, que aun tenía el cordón umbilical. Recibió puñetazos de algunos valientes oficiales de nuestras Fuerzas Armadas pero nunca perdió la valentía de poder hablar en nombre de las mujeres mineras y de sus compañeros encarcelados o en el exilio. Jamás terminaríamos con las torturas que sufrió esta mujer minera. No utilizó la fuerza bruta ni los ardides jurídicos para combatir a sus opositores, logró vencer a un dictador y al militarismo con solo su palabra. Solo nos resta decir paz en su tumba y que goce de las cosas que no tuvo en esta tierra.

La historia la escriben los hombres conforme a su percepción además de la tendencia de las fuentes que usó para informarse, todo es relativo. Solo los esbirros estuvieron presentes en las sesiones de martirio, lo que narra la revolucionaria Chungara es solo una parte pequeña del dolor que tuvo que soportar. Hoy en día los revolucionarios, tomen ejemplo de la vida de esta mujer y moldeen en sus actos ese espíritu, pelear por el bienestar de sus semejantes, sin perder la meta del bien común, hablemos de la realidad, sin mentir a propios y extraños. Partió la humilde pero gran mujer que soportó estoicamente no solo las torturas de los esbirros de la dictadura militar sino también el de una enfermedad dolorosa sin los fondos suficientes para adquirir sus medicinas y menos los calmantes para su padecimiento que ni la hoja sagrada pudo aliviar. No se hizo rica con la revolución.

Un ejemplo silencioso que grita al mundo entero que primero está el ser humano y después los intereses de poder. Nos invita a la honestidad con uno mismo y los demás para llegar a la liberación verdadera. Nuestra voz debe ser el resultado de la vivencia y tesón para alcanzar lo que buscamos. Gracias Domitila porque ahora podemos disfrutar el resultado de tu lucha y la de tu gente. Nuevamente: Paz en tu tumba Domitila y gracias por tu existencia.