Hace exactamente cinco años, Gabriel García Márquez cumplía 80 y en Colombia celebraron en grande: hubo concurridas fiestas llenas de mariposas, 80 cañonazos en su pueblo natal, Aracataca, y una donación del gobierno colombiano de un millón de dólares para reconstruir la casa en que nació. El prefirió una reunión íntima en su casa, en Ciudad de México. Sólo aceptó una cita pública: el Congreso Hispanoamericano de la Lengua Española, en Cartagena de Indias. Dio un discurso y recibió aplausos de escritores y políticos del planeta. Luego, García Márquez cerró la puerta.

Figura ineludible en la literatura del siglo XX, el creador de Macondo hoy cumple 85 años y están descartados todos los eventos públicos. El mismo García Márquez rechazó las peticiones del Consejo Nacional para la Cultura de México para contar con su presencia en actividades de celebración. Cercanos al autor de La hojarasca dicen a La Tercera que los años han caído sobre él y su círculo cercano cuida celosamente su privacidad.

Según dijo ayer su agente, Carmen Balcells, "Gabo está un poco pachuco (delicado de salud)". De hecho, la única celebración será una puesta al día en términos digitales: desde hoy está disponible en formato electrónico Cien años de soledad, la novela cumbre de García Márquez y que en mayo próximo cumplirá 45 años. Disponible en Chile a través de Buscalibros.cl (a $ 3.990), el e-book de la historia de los Buendía se lanza únicamente en español.

Los inéditos

A fines del año pasado, Gabriel García Márquez ofreció una cena en su casa para algunos escogidos miembros de la escena editorial mexicana. El estaba al frente de la mesa, pero quien dominaba la conversación era su esposa, Mercedes. El novelista habló poco. No fue una sorpresa: desde hace años se rumorea que el autor de Crónica de una muerte anunciada tiene problemas en la memoria a corto plazo.

Las especulaciones sobre el estado de salud de García Márquez vienen del Congreso de la Lengua en Cartagena. Desde la ocasión, el Nobel se ha alejado sistemáticamente de la vida pública. Hoy ya se estableció como verdad que el autor de Relato de un náufrago no volverá a escribir un nuevo libro.

"Creo que no volverá a escribir nunca más", le dijo Balcells a este diario hace dos años, y hoy, su biógrafo, Dasso Saldívar, apoya la idea asegurando que jamás contaremos con la esperada continuación de sus memorias, Vivir para contarla (2002): "Creo que al terminar ese libro se dio cuenta de que no seguiría con ellas, y así fue", dice. Y agrega: "Tampoco creo que se publique un nuevo libro suyo. Lo que haya inédito quedará para días póstumos".

Ayer, Balcells dijo a Radio Caracol, de Colombia, que García Márquez trabajó por años en una novela llamada En agosto nos vemos. "Yo creo que no se va a publicar, pero todavía existe la posibilidad", dijo. Oficialmente, no hay nuevos títulos del autor en camino.

Lo que hay es una película: hoy se estrenará en el Festival de Cine de Guadalajara la versión cinematográfica de Memoria de mis putas tristes (2004), la última novela de García Márquez. Dirigida por el danés Henning Carlsen, tuvo un controvertido rodaje por su historia: viejo periodista busca a una prostituta menor de edad. En abril llegará "discretamente" a salas comerciales, según la producción.