Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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EN EL MUNDO LLEGA AL 40 POR CIENTO , EN COCHABAMBA APROXIMADAMENTE AL 30 POR CIENTO , POR DEFICIENTES SISTEMAS DE TRANSPORTE, ALMACENAMIENTO Y MANIPULACIÓN

Un alto porcentaje de alimentos se pierde entre la cosecha y el mercado

Un alto porcentaje de alimentos se pierde entre la cosecha y el mercado

La falta de centros de acopio y los escasos o casi inexistentes sistemas especiales de transporte, hacen que en Bolivia se pierdan ingentes cantidades de verduras y especialmente frutas y otros alimentos, desde su cosecha hasta su llegada al consumidor final. Se ha vuelto común en los mercados populares de Cochabamba y otras ciudades del país, ver promontorios si no montañas de estos productos echados a perder, en un país donde los índices de pobreza todavía son altos.

Según datos del programa de Recojo Diferenciado de Basura de la Swiss Contac el botadero de K’ara K’ara recibe un 42 por ciento de basura orgánica y la mayor parte corresponde a frutas y verduras podridas. El porcentaje de alimentos desechado influye en muchos casos en el precio de éstos para el consumidor.

El problema se presenta particularmente en el sector agrícola, que no ha logrado desarrollar sistemas adecuados de transporte y acopio de sus productos.

“Es alarmante la cantidad de alimentos orgánicos que se desperdicia en los mercados. Muchas frutas requieren sistemas de refrigeración en su transporte y eso lamentablemente no se tiene”, sostiene Carola Ortuño, responsable de la Swiss Contac en Cochabamba.

Ortuño sostiene que sin embargo los desechos orgánicos que llegan a K’ara K’ara, también son indicador de que la población boliviana todavía consume un importante porcentaje de productos naturales, a diferencia de los países desarrollados donde gran parte de la basura está compuesta por restos de enlatados o productos descartables. Sin embargo, reitera que en Bolivia se requiere un mejor aprovechamiento de los alimentos.
ACOPIO El presidente de la Asociación de Avicultores de Cochabamba, Willy Soria sostiene que su sector ha logrado uno de los sistemas más avanzados del país en cuanto a la crianza de aves y al transporte de la carne blanca a los mercados, sin embargo apunta que el sector agrícola todavía carece de esos mecanismos lo que en muchos casos provoca fuertes pérdidas a los productores y elevados precios en los mercados.

Soria afirma que uno de los factores para que los alimentos se pudran y se vuelvan escasos en los mercados es la inexistencia de centros de acopio que permitan la conservación e industrialización de esos productos.

Como ejemplos Soria se refirió a los casos de la naranja y el tomate, que tiene fuertes variaciones de precio de una semana a otra. “En tiempos de cosecha, los productores tienen que vender cuanto antes sus productos, porque sino se echa a perder, pero al cabo de un tiempo ya no hay ese producto en el mercado, lo que provoca escasez y una elevación en los precios”, afirmó.

Los centros de acopio con refrigeración y un buen manejo de la producción, podrían ayudar a los agricultores en la conservación de esos productos perecederos y de temporada, con lo que también se lograría un abastecimiento constante y precios estables, para productores y consumidores, según Willy Soria.

A la falta de centros de acopio y de sistemas adecuados de embalaje y transporte de los alimentos para el mercado interno, se suma los malos hábitos de consumo de la población. Las viviendas son otro lugar donde se echan a perder importantes cantidades de alimentos, que llegan a parar al basurero.
FALTA DE ALIMENTOS El 40 por ciento de alimentos que se producen en el mundo se pierden entre el momento de la cosecha y el consumidor final por la falta de infraestructuras que garanticen buenas condiciones de almacenamiento, transporte y distribución en los países en desarrollo, según un informe presentado en enero en el Foro Económico de Davos.

En ese encuentro moderado por la directora del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Josette Sheeran, quedaron patentes las fuertes contradicciones que prevalecen en el sector agrícola y que hacen que, a pesar de que la producción alimentaria es suficiente para toda la población mundial, 1.000 millones de personas no puedan pagarse o simplemente no tienen acceso a comida suficiente.

En cifras más dramáticas aún por la inseguridad alimentaria, 200 millones de personas en el mundo viven raquíticas, mientras, cuatro de cada diez toneladas de alimentos terminan desperdiciadas en los basureros de las viviendas y las grandes ciudades.

FAO pide vigilar efectos de crisis

La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) instó a los gobiernos de América Latina y el Caribe a observar con atención los efectos que una recesión de la economía mundial puede tener en la seguridad alimentaria, según la agencia de noticias EFE.

La oficina regional de la FAO indicó, en semanas pasadas, en un comunicado que la caída de las tasas de crecimiento del empleo y de los ingresos repercute directamente en el acceso de los sectores más pobres a los alimentos.

"La incertidumbre respecto a lo que vendrá en 2012 presenta un desafío para la capacidad de los gobiernos de enfrentar de manera equilibrada las amenazas que una recesión representaría", sostuvo el organismo de Naciones Unidas.

La FAO apuntó que durante el último trimestre de 2011 los gobiernos de la región mantuvieron la aplicación de medidas para mejorar la disponibilidad de alimentos.

Resaltó que la creación de una infraestructura de riego "continúa siendo una prioridad, especialmente en Bolivia, Chile, Ecuador, Barbados y Jamaica".

La avicultura del país tiene uno de los sistemas más avanzados de tratamiento

La avicultura del país destaca a nivel latinoamericano por sus avances en tecnología y sistemas de crianza, faeneo y transporte de la carne de pollo hasta los mercados. Estos procedimientos permiten al sector reducir al máximo la pérdida de productos y llegar hasta el consumidor con un alimento de calidad, según explicó el presidente de la Asociación de Avicultores de Cochabamba, Willy Soria.

La aplicación de sistemas avanzados de producción permite además al setor avícola garantizar un abastecimiento permanente al mercado y mantener los precios relativamente estables.

“Se requiere métodos rigurosos, no podemos darnos el lujo de perder el producto en ninguna de las etapas, por los altos costos”, afirmó Soria.

El industrial explicó que un proceso productivo, en la avicultura dura entre 55 a 60 días, desde la llegada de los pollitos bebés a la granja, hasta el momento de su salida a los centros de faeneo. En esta etapa, se produce hasta un 6 por ciento de mortalidad, que sin embargo en una elevada producción, está dentro de los márgenes previstos.

“La infraestructura productiva que tenemos en Cochabamba es bastante avanzada. Casi todas las etapas están automatizadas”, destacó Soria al indicar que los logros se deben a un constante avance e inversión de los empresarios de este sector.
TRANSPORTE El rubro de la avicultura cumple normas específicas, en sus distintas etapas de producción determinadas por el Intituto Boliviano de Normas y Calidad (Ibnorca). En el transporte de la carne de pollo, además tiene especificaciones dictadas por el Servivio Nacional de Avicultura y Ganadería (Senasag).

“Para llegar a Oruro, El Alto y La Paz casi no necesitamos frigoríficos, desde el matadero la carne sale preenfriada de una cámara especial. Más bien en epoca de invierno tenemos que cuidar que la carne no se enfríe mucho, sobre todo en la cumbre”, explicó Soria.

La avicultura de Cochabamba cuenta con una cadena de transporte especial, no sólo de los pollos a los centros de faeneo, sino también para llevar el producto hasta los mercados del occidente del país, mientras que Santa Cruz, abastece a todo el oriente, también un métodos muy avanzados de producción y distribución.

Estos avances, permiten a este sector minimizar sus pérdidas y a la población tener alimentos. Sin embargo, siempre surgen otros imprevistos como un largo bloqueo de caminos o factores climáticos frente a los que toda producción e industria están indefensas.

La industria alimenticia de la carne de pollo es de grandes proporciones y en constante crecimiento en Bolivia. La demanda anual de este producto es de más 300 mil toneladas métricas por año, lo que significa un promedio de 850 diarias en todo el país y el abastecimiento va a la par de la demanda, según un estudio realizado en 2011 por el Sistema de Información de la Producción y Precios en los Mercados (Sispam), dependiente del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras.

Los productos ecológicos del país llevarán sello de identificación

LA PAZ La ministra de Desarrollo Rural y Tierras, Nemecia Achacollo, presentó el pasado jueves en la localidad de Patacamaya el sello oficial de la Norma Técnica Nacional de Sistemas Participativos de Garantía (SPG), para la producción, transformación y comercialización de productos ecológicos en el mercado nacional.

La ministra Achacollo realizó la presentación del sello oficial que permitirá identificar a los productos ecológicos a ser comercializados en el mercado nacional, de producción agropecuaria y forestal no maderable ecológica, ante los productores provenientes de todos los rincones del país, señala una cartilla de prensa de esa cartera de Estado.
LIBRES DE QUÍMICOS El SPG permitirá que los productores de alimentos puedan comercializar los productos con el sello ecológico y al mismo tiempo los consumidores tengan la garantía que estar adquiriendo alimentos libres de químicos, garantizando una alimentación saludable.

Con la implantación de ese sello se posibilitará el uso garantizado de los productos ecológicos y productos en transición e involucrará a productores y consumidores.

La producción agroecológica boliviana se centra principalmente en la quinua, la castaña, el cacao y el café. Estos productos tienen alta demanda y buen precio en el mercado internacional.