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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Uso de reservas internacionales

Uso de reservas internacionales
Por informaciones de la prensa y del propio presidente Evo Morales, el Gobierno está preparando una ley para utilizar libremente un 10 por ciento de las Reservas Internacionales con la finalidad de estimular el crecimiento de la economía. Sin embargo, hasta el momento no hemos escuchado una palabra del presidente del Banco Central de Bolivia, que es el principal custodio de estas reservas, máxime cuando una parte significativa quiere ser entregada a determinados actores de la economía, que se supone en condiciones menos rigurosas que lo que hace la banca comercial, que tiene una liquidez disponible semejante, por lo que no habría necesidad de llegar a este extremo.

Se trataría de entregar un monto equivalente a 1.200 millones de dólares a ciertos agentes públicos y privados que, se supone, serían los encargados de reactivar el aparato productivo y de incrementar el bajo nivel de empleo productivo, aunque no se sabe quiénes son y bajo qué términos o condiciones serían entregados estos recursos y para qué tipo de emprendimientos específicos. Se trataría de una especie de “créditos de honor”, como fueron entregados a los militantes del partido gobernante cuando la Revolución del 52, con la finalidad de industrializar al país y de este modo consolidarla. Lo que no ocurrió, ya que esos recursos fueron destinados al comercio de importación, generando una mayor emisión de dinero y utilización improductiva de divisas, que en ese momento eran escasas. Lo cierto es que la economía no nace por generación espontánea o por milagro, sino por otros factores más complejos, como la existencia de mercados, de un efectivo marco institucional que garantice seguridad jurídica y por la existencia de empresarios emprendedores, que lamentablemente siguen siendo limitados. Es decir, esta cuestión no sólo depende del dinero o la existencia de capital, ya que, como se dijo anteriormente, éste existe abundantemente en el actual sistema financiero que al no tener mayor demanda está financiando un acelerado proceso de construcción de viviendas de todo tipo y tamaño, que más tarde nos puede generar más de un susto. Sin embargo, por el momento, aunque el tema es muy delicado, conviene analizar cuáles podrían ser las consecuencias de esta nueva iniciativa gubernamental, que aparentemente podría ser atinada, desde el punto de vista del uso discrecional de las Reservas Internacionales. De qué modo constituye un riesgo utilizar las Reservas Internacionales como si se tratara de recursos de libre disponibilidad, que lo son, pero sólo bajo ciertas condiciones.

De partida, hay que recordar que las Reservas Internacionales, definen el nivel de riesgo que tienen los inversionistas en el momento de hacer sus negocios, lo que los induce a asumir una determinada inversión y emprendimiento. Por lo que es muy peligroso mostrar que en el país existe una amplia y fácil discrecionalidad para la utilización de estos recursos, en actividades que deberían ser financiadas por el sistema financiero, por más que exista una ley y aunque sea sólo un 10 por ciento , además con el añadido de que los mismos no serían repuestos. Lo que también podría ocurrir con los préstamos realizados a YPFB.

Las Reservas Internacionales que son el resultado del flujo de la economía, deben estar orientadas al financiamiento de pagos en el exterior (importaciones), a la intervención en el mercado cambiario y a la defensa de la tasa de cambio cuando sea necesario. Son activos externos que pueden ser utilizados de inmediato, pero para financiar pagos en el exterior y para respaldar la emisión de la moneda nacional o el circulante que en este momento es más que abundante en el país. Nuestra moneda no es que sea más confiable, como se pretende mostrar a la opinión pública, cuando los depósitos en moneda nacional son mayores que en dólares, ya que las modestas tasas de interés que se pagan por éstos, son mucho más altas que cuando se trata de depósitos en moneda extranjera. Simplemente se trata de una actitud de mayor o menor conveniencia circunstancial, máxime cuando se desvaloriza internamente la moneda extranjera. Cuando se habla de que las Reservas Internacionales representan un flujo de la economía, es porque son el resultado de las transacciones con el exterior, que producen ingresos de divisas, en primer lugar, por un mayor nivel de nuestras exportaciones, que ahora están beneficiadas por los altos precios internacionales, por lo que son muy volátiles. Además, no estamos incrementando nuestra capacidad de producción y, por el contrario, estamos perdiendo mercados. En segundo lugar, por los créditos externos, que en este caso provienen de fuentes internacionales y con ciertas limitaciones. Bolivia hace rato que no es sujeta de créditos internacionales provenientes de la banca internacional, como fue en el pasado, aunque no de forma permanente hasta llegar a la crisis de los años 80. En tercer lugar, de las transferencias hechas del exterior, sea como producto de las remesas enviadas por los bolivianos residentes en el extranjero, lo que podría tender a disminuir drásticamente y a la inversión extranjera directa (IED), la que está simplemente restringida por la ausencia de seguridad jurídica.

Finalmente, lo que más interesa recalcar es que las Reservas Internacionales contribuyen a la estabilidad económica y financiera del país, en la medida que garantiza la disponibilidad de divisas para situaciones extraordinarias por “choque” externos, que se manifiestan en retiros significativos en moneda extranjera y posterior fuga de capitales, como ha sido una constante en el país.