Cinco goles, pero muy poco de fútbol dejó ayer el clásico de la Asociación de Fútbol de Cochabamba, en un duelo que hace unas décadas hubiese tenido el estadio Félix Capriles completamente lleno, colapsado en sus tribunas Preferencia y General (también en las ramplas que ahora son las curvas norte y sur: Wilstermann y Aurora.

Sin embargo, desde que la Liga eliminó una de las mayores tradiciones locales con su sola existencia, la cultura de clásicos en Cochabamba se devaluó y tenemos partidos como el de ayer: con no más de 300 personas en las tribunas, con nada de emoción, con restricciones para la actuación de los jugadores “profesionales”, sin bandas de música, sin chicha en la General y con las vivanderas tratando de deshacerse de los saldos de un partido anterior.

Pero este “clásico” chico por lo menos no fue mezquino. Tuvo 5 goles, 3 para los “rojos” y 2 para el “equipo del pueblo”.

Para Wilstermann fue una gran oportunidad de ensayar fútbol con su primer equipo, el que dentro de una semana debutará en el Torneo Nacional B, frente a Petrolero en Yacuiba en busca de su retorno a la Liga. Para Aurora fue el debut como técnico de Mario Rolando Ortega, que tuvo su primera práctica seria y partido en serio. Aunque con solo 3 jugadores de la Liga, porque así lo dice el reglamento.