Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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Un país caracterizado por los conflictos

Un país caracterizado por los conflictos

Atención.

Mientras el país continúe en el camino del conflicto social y de la falta de oportunas medidas oficiales para enfrentarlo, la atención de los grandes problemas seguirá postergada.

Recientes informes sobre los niveles de conflictividad en Bolivia durante los últimos años establecen que el país se desarrolla en situaciones sociales que confirman que los períodos de estabilidad social son escasos. Los estudios hacen notar sobre la conflictividad y los motivos que, además, los originan.

Es evidente que durante los últimos 30 años de la recuperación democrática el conflicto en la vida social es una característica y esta realidad no ha logrado ser revertida durante el actual Gobierno que, por el contrario, anota un récord y la mayor cantidad de situaciones referidas a protestas sociales de diferente índole y motivo. Entre los conflictos más destacados, por ejemplo, de los últimos meses del pasado año, se encuentran protestas originadas por la legalización de vehículos indocumentados que derivaron en bloqueo de caminos, los problemas por el campo gasífero Margarita entre Chuquisaca y Oruro, los problemas limítrofes entre Oruro y Potosí, la marcha y represión del TIPNIS, el denominado gasolinazo y otros de similar importancia, los cuales determinaron que entre noviembre de 2010 y noviembre de 2011 se incrementen en un 17 por ciento .

Este año ha sido inaugurado con problemas como las marchas de discapacitados, de los indígenas, de los médicos que rechazan trabajar ocho horas y otros recurrentes en cuanto a las manifestaciones sociales que se registran cada año y que sólo varían según los actores y políticas de Gobierno. Si los estudios especializados nos informan sobre la situación social del país de manera sistematizada y mediante documentos para el análisis, lo cierto es que la percepción ciudadana observa la realidad de casi todos los días en las calles y carreteras que han convertido al país en uno de los más inestables en lo social.

El estado de conflictividad social es un problema que se repite, porque los mismos estudios hacen notar mediante datos históricos que estas situaciones no han logrado ser superadas desde los primeros gobiernos que asumieron el poder de manera democrática hasta el actual. Resulta curioso, pero una de las proclamas de las campañas electorales que promovieron la toma del poder de manera democrática del actual Gobierno fue, precisamente, el anuncio de que con el mismo los problemas sociales serían superados y de tal modo que las protestas y bloqueos de caminos serían cosa del pasado.

Sin embargo, el grado de conflictividad no ha sido superado y los problemas sociales se han reproducido en determinados momentos de la actual administración gubernamental. Los informes especializados indican que durante el actual Gobierno se enfrentaron durante el pasado año 884 problemas y en números comparativos con anteriores gobiernos como el de Banzer que tuvo 156 conflictos.

Más allá de estos datos, lo que hay que preguntarse es qué eficiencia tiene un gobierno o una administración de prevenir y conjurar los conflictos mediante sus propias políticas y mecanismos. Los conflictos que se suscitan en éste y los que enfrentaron anteriores gobiernos, casi siempre, fueron marcados por la improvisación de acciones oficiales para evitarlos o la falta de oportunas medidas sociales, y generalmente, con esa estrategia de prolongarlos hasta que por cansancio se debiliten, cuando la realidad demuestra lo contrario.

Mientras el país continúe en la senda del enfrentamiento social, es dudoso que se atiendan los grandes problemas que tienen que ver con el desarrollo, el empleo y las mejores condiciones de vida de las personas.