¿Por qué el Gobierno reniega del consenso si éste tiene enormes beneficios? El conflicto es permanente en la sociedad, pero como se supone que los intereses de los individuos no son idénticos, no cabe más que cooperar. Si nuestra sociedad fuera homogénea, un modelo de democracia de mayoría sería importante y decisivo ya que estaría adaptada al tipo de sociedad y a su capacidad de adaptación. Pero, poseemos una sociedad heterogénea y nuestro sistema político está caracterizado por su fragmentacion, lo que conlleva a que los diferentes grupos de la sociedad no estén representados de igual manera, ésta es una de las razones del bajo grado de satisfacción con el funcionamiento de la democracia, y es lógico, como las políticas se modifican con cada cambio de Gobierno, es imposible mantener políticas encaminadas en la misma dirección básica durante periodos prolongados, creando así un entorno inestable e impredecible.

Precisamente por la diversidad de nuestro pueblo, es recomendable la democracia de consenso, el cual se caracteriza por integrar a todas las culturas. Este Gobierno de “mayoría” es concebido como antidemocrático, puesto que contiene principios y genera exclusión. Es nocivo cuando solamente una parte de la sociedad, así sea la mayoría, participe en los procesos de decisiones de las políticas públicas nacionales. El modelo del consenso, al incluir a todos los involucrados, conlleva a que todos sientan y tengan mayor compromiso con la negociación; es la “democracia negociada”, es la que incluye a las minorías, contrariamente a la idea de la mayoría como Gobierno, por y sólo para la mayoría del pueblo. Hay que tomar conciencia de que consenso no es solamente una cualidad, sino debería ser un presupuesto de todo proceso de negociación y solidaridad. El consenso en realidad es un “interés egoísta”, pero quienes lo alcanzan en su beneficio, benefician también a la comunidad. El consenso tiene un papel político fundamental: de ser el sustento de la convivencia pacífica y permanente, tiene un alto grado de satisfacción con el Gobierno y la funcionabilidad de la democracia. Si la estrategia del consenso se asume desde el principio de toda negociación sobre políticas públicas, se presupone que también estará al final de la negociación, se trata de ayudar a decidir entre la acción unilateral y la colectiva voluntaria. Incluye también los beneficios del consenso en equilibrio, cuyo beneficio es que una vez terminada la negociación, quienes participaron no lamentan ni se arrepienten de los resultados alcanzados. El consenso genera futuros consensos, abre nuevos caminos y sorprende con acuerdos insospechados. El trabajo en cooperación de los actores políticos se puede reconocer claramente en el crecimiento económico, por la estabilidad que se logra.