Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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LOS MARCHISTAS DEL CONSEJO NACIONAL DE SUR SE PROPONEN CONFRONTAR Y DESCONOCER A LOS DIRIGENTES DE LA ANTERIOR MARCHA Y CREAR UNA CIDOB PARALELA.

Marcha reabre la polémica sobre carretera por el TIPNIS

Marcha reabre la polémica sobre carretera por el TIPNIS



La marcha que ingresará a la ciudad de La Paz este lunes y que exige construir la carretera por el medio del Territorio Indígena y Parque Natural Isiboro Sécure (TIPNIS), reabre la polémica sobre ese tema que se creía superado tras la promulgación de una ley que prohibió la construcción de vías y declaró intangible a ese territorio hace menos de tres meses.

La llamada “Ley Corta” se promulgó a principios de octubre del año pasado y en el acto, el presidente Evo Morales marcó la agenda inmediata: “los dirigentes tendrán que explicar a sus bases, a los que viven en el territorio por qué no habrá camino”. Y esa es una de las consignas centrales de los marchistas que partieron de Isinuta, Cochabamba, hace 38 días.

Los marchistas exigen que los dirigentes de la Cidob, especialmente su presidente, Adolfo Chávez, se presente en la marcha para “explicar” por qué exigió y obtuvo una ley que prohíbe la construcción de la carretera por el medio del parque y además declara intangible a ese territorio. La agresividad contra los dirigentes se expresa sobre todo en palabras de grueso calibre y se pone el acento en “no fuimos consultados, por qué exigieron esa ley, si tenemos el derecho a la consulta previa”.

VERDADEROS INDÍGENAS La posición de los marchistas coincide con la de los diputados del Movimiento Al Socialismo que también exigen a los dirigentes de la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente (Cidob), presentarse ante los marchistas y explicar por qué no realizaron “la consulta previa a los pobladores del TIPNIS”.

Galo Bonifaz, diputado del MAS, es drástico en reclamar por ese “derecho” de los “verdaderos indígenas que viven en el parque”. Se le recuerda al diputado masista que la Constitución y la Resolución 169 de la OIT declaran obligatoria la consulta previa, informada y de buena de fe para el Estado y no para los dirigentes y que el conflicto nació porque no se hizo la consulta en a los potenciales afectados por el tramo II, que cruza el TIPNIS.

Como respuesta repite que los dirigentes violaron los derechos de los “verdaderos indígenas del parque” y que el Gobierno realizó la consulta en los tramos I y III (donde no hay conflicto).

LEY CORTA El diputado Bonifaz al igual que su colega Eleuterio Guzmán (MAS), presidente del Comité de Pueblos Indígenas de la Cámara de Diputados, en coincidencia con la posición presidencial expresada en la promulgación de la Ley Corta, exige que los dirigentes de la Cidob se presenten ante los marchistas para rendir cuentas y argumenten por qué no consultaron antes de que se aprobara esa ley.

El diputado Guzmán, adelanta que una vez instalada la marcha en la Plaza Murillo, en vigilia para que se derogue la Ley Corta, se escuchará “a los verdaderos habitantes del TIPNIS” y los expertos elaborarán un proyecto de ley para proponer a la Asamblea. Será la oportunidad, dice, para que los dirigentes de la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente (Cidob), expliquen a sus bases por qué no les consultaron si querían o no esa ley corta.

En la marcha existe animadversión contra los periodistas. El cacique mayor, del Consejo Indígena del Sur (Conisur), Gumercindo Pradel es torpe en el trato. Se le pregunta cuántos días de caminata van y responde molesto que esa pregunta demuestra que a los periodistas no les interesa esta marcha, que todo el mundo sabe cuántos días son y lanza improperios contra los dirigentes de la Cidob, los califica de traidores y de haber provocado, con el término intangible que incluye la ley, una sentencia de muerte contra los habitantes del parque. “Como han nacido pobres así muéranse”, dice que significa en los hechos la ley.

OTRA CIDOB Pradel anuncia que en La Paz se creará otra Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente. “Esta marcha está buscando otra organización similar a la Cidob. Antes los hermanos decían que éramos caídos del catre, ahora somos mayorcitos para manejar nuestra propia organización como dice la Constitución Política del Estado”.

MARCHISTAS Otros dirigentes anuncian “justicia comunitaria” contra los dirigentes de la Cidob a quienes también insultan. Algunos hacen esfuerzos para hablar como cambas, una buena parte de marchistas dice que son habitantes de San Ignacio de Moxos, población del Beni que será una de las puntas de la carretera y otros dicen que son campesinos productores de coca que están acompañando “a los verdaderos indígenas del TIPNIS para que se les respeten sus derechos”.

Otros marchistas que tienen marcados rasgos de los indígenas que viven en el parque (son tres los pueblos indígenas que habitan el parque, con 21.000 personas y 62 comunidades o poblaciones), se tapan la boca para no hablar. Otras señoras dicen bajito que no tienen autorización para hablar.

La desconfianza ante los periodistas es generalizada, tal vez debido a los incidentes que los dirigentes tuvieron en el inicio de la marcha, cuando el cacique Pradel anunció que se “flecharía” a los periodistas por haber amplificado una declaración suya donde admitía tener cultivos de coca dentro del parque, lo que está prohibido por ley. Luego dijo que sólo eran unas cuantas plantas.

ANTE LA PRENSA Los marchistas comentan en voz alta, ante la presencia de periodistas, que tiene hambre, que si estuvieran pagados por el Gobierno comerían bien y varias veces al día. Los intentos de sectores interesados por mostrar que esta marcha tiene financiamiento económico gubernamental hasta ahora fracasaron.

Hace una semana 20 marchistas abandonaron la caminata al no haber podido cobrar o demostrar que a los marchistas se les paga 300 bolivianos por día por participar de la movilización. Es notoria la presencia masiva de niños y mujeres con niños en los brazos. Por lo menos ocho mujeres están con embarazo avanzado y cuatro con amenaza de aborto.

La marcha, deslucida y polémica, llegó a la ciudad de El Alto el viernes. Allí repondrá fuerzas el sábado y el domingo e ingresará para instalarse en la Plaza Murillo de La Paz, al medio día del lunes, con el respaldo de las organizaciones sociales que son parte del Gobierno del presidente Evo Morales.