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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Evo cree que iba ser linchado por indígenas que se opusieron a carretera

Evo cree que iba ser linchado por indígenas que se opusieron a carretera

El presidente de Bolivia, Evo Morales, afirmó hoy que cree que los indígenas amazónicos que marcharon en 2011 por 66 días en defensa de una reserva natural querían matarlo al llegar a La Paz, al igual que una turba linchó a su antecesor Gualberto Villarroel en 1946.



Al iniciar su séptimo año en el poder, Morales aseguró que los indígenas que defendían el parque natural del Tipnis contra una carretera financiada por Brasil, que le asestaron su mayor derrota de 2011, llegaron al Palacio Quemado de La Paz, sede de la Presidencia, gritando "Villarroel, Villarroel".



"Cuando estaban ahí, el dirigente principal que convocaba (dijo) que el presidente Evo de un paso al costado, pidiendo mi renuncia. Otro compañero pedía convocar a los paceños (...) y otros estaban gritando Villarroel, Villaroel", dijo el mandatario nacionalista y populista.



El presidente militar Villarroel murió el 21 de julio de 1946 cuando una multitud tomó el Palacio de Gobierno, lo asesinó y después colgó su cuerpo ante el Palacio.



El dirigente indígena Fernando Vargas rechazó de inmediato la acusación de Morales y le pidió no mentir y tener más respeto para los nativos amazónicos, informó la red Erbol.



"Nadie pensó en tumbarlo. El presidente vive una crisis mental. Todo el tiempo piensa que lo quieren derrocar. La marcha sólo buscó el respeto a nuestro territorio, a nuestra casa. Nosotros no nos opusimos al desarrollo ni a la carretera, lo único que queremos es que no pase por medio del Tipnis", dijo Vargas.



Morales ha denunciado innumerables veces supuestos intentos de asesinarlo y presuntos complots contra su Gobierno, la mayor parte de las veces sin pruebas concretas.



En uno de los casos más sonados están procesados, en un juicio que se prolonga sin conclusiones, un húngaro, un boliviano-croata y decenas de dirigentes de la oposición que están presos o abandonaron el país con el argumento de que son víctimas de persecución política.



Morales destacó hoy la reciente firma de un nuevo convenio marco para mejorar las relaciones diplomáticas y de cooperación con Estados Unidos, país al que acusó de conspirar contra él en 2008, por lo que expulsó al departamento antinarcóticos estadounidense (DEA) y al embajador norteamericano, Philip Goldberg.



Mestizo de origen aimara, el mandatario dijo al finalizar un discurso de más de tres horas que aún debe investigar qué pasó con la Policía, que dejó pasar a miles de indígenas hasta la puerta del Palacio al finalizar la marcha amazónica.



Agregó que le sorprendió leer después un artículo de prensa que decía que "solo faltó un empujoncito para que (la marcha de los amazónicos) también tomara el Palacio Quemado y reprodujeran los hechos macabros del 21 de julio de 1946".



Los amazónicos entraron aclamados en La Paz en octubre, tras sobreponerse a una violenta represión policial y el hostigamiento de partidarios de Morales, y forzaron al mandatario a promulgar una ley que prohíbe cualquier carretera en la reserva del Tipnis, aunque él intenta anularla desde entonces.



Las marcha del Tipnis resquebrajó la elaborada imagen de Morales como indigenista y ecologista y llevó su popularidad al menor nivel en seis años de mandato, según las últimas encuestas.

El apoyo a Morales cayó a la mitad en los últimos años, desde el 70 por ciento que tenía en enero de 2010, tras ser reelegido en 2009, a un 35 por ciento en diciembre pasado, según la encuestadora Ipsos, que también revela que el rechazo subió del 25 al 53 por ciento en el mismo período.



Analistas y los medios atribuyen parte de la caída de la popularidad de Morales a su enfrentamiento con los amazónicos.

"Los medios de comunicación decían que la marcha del Tipnis bajó la imagen del presidente. No estoy aquí para cuidar mi imagen, sino para servir al pueblo boliviano. Digan lo que digan sobre la imagen del presidente, no me interesa", replicó hoy Morales.



El mandatario acusó también a los indígenas de no haber aceptado las propuestas de diálogo de sus ministros y de haber planeado un golpe de Estado durante la caminata, que unió a lo largo de 600 kilómetros a la ciudad amazónica Trinidad, casi al nivel del mar, con la andina de La Paz, a cerca de 4.000 metros de altitud.



Insistió en que los nativos decían que marchaban para sacarlo del poder y que incluso plantearon un reparto de la Presidencia, la Vicepresidencia, la Cancillería y algunas embajadas.

También reiteró que él no ordenó la violenta represión de los indígenas, que entonces calificó de imperdonable.

Como cada año, se espera que Morales anuncie este lunes ajustes en su gabinete, tras la renuncia de los ministros de Obras Públicas, Walter Delgadillo, y Comunicación, Iván Canelas, aunque dijo hoy que rechaza la dimisión de éste último. EFE