Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Bolivia en riesgo de sufrir el Dakar

Bolivia en riesgo de sufrir el Dakar
París, Francia-Dakar, Senegal, pasando por varios países africanos, era el itinerario original del rally. Luego se abarcó países europeos y otros africanos, hasta que reclamos de ambientalistas, problemas políticos, riesgos por inestabilidad social, obligaron a trasladarlo a Sudamérica.

Ahora mismo, los 464 vehículos corren por inhóspitos parajes del desierto chileno y peruano, luego de dejar Argentina.

Los que se benefician con esta carrera son, en primer lugar, las marcas de los vehículos, luego los sponsors, es decir las firmas que utilizan los coches como murales móviles de publicidad; también los pilotos por los premios y honores, todo esto envuelto en una parafernalia comunicacional de medios de todo género y de todo el mundo, que no dejan de obtener ganancias en rating y publicidad.

Muy por debajo de este circo hay otros “beneficiarios” que habitan en pueblos del recorrido, que obtienen unos minutos de espectáculo y en alguna medida los restaurantes y hoteles. Pero, nadie que no esté directamente relacionado con el rally participa verdaderamente de él; deben resignarse a ser los invitados de piedra de esta fiesta. Incluso en muchos casos, como han opinado periodistas en la carrera africana, comunidades muy pobres sufrían la ofensa de la ostentación de los ricos europeos son sus inverosímiles y carísimos vehículos que nunca más verían aquellos habitantes y que sólo ganaban una capa de tierra en sus casas y en ellos mismos.

En la presente versión, grupos ecologistas denuncian que camiones, vagonetas, autos, quads, motos deterioran tierras en donde hay yacimientos arqueológicos.

Cuando se conoció la noticia que el rally Dakar se trasladaba a Sudamérica, muchos bolivianos, incluyendo autoridades nacionales, se pusieron en entusiasta campaña para que tal competencia incluyera nuestro país. Se ofreció el salar de Uyuni y parte del altiplano para convencer a los dueños de esta carrera. Todo quedó en promesa, pero no está descartada esa posibilidad.

Estremece pensar que la belleza del mar blanco del salar, única en el mundo, sea hollada irremediablemente bajo los cientos y temibles vehículos conducidos por personas ignorantes del valor estético y económico.