En la audiencia que se realizó en la mañana de ayer en la Cámara del Crimen de Tercera Nominación, el acusado pidió declarar ante los magistrados y la fiscal, algo que no había hecho a lo largo del debate.

En primer lugar, dijeron calificadas fuentes, reconoció haber mantenido relaciones sexuales con la hija, aduciendo que en realidad era ella quien lo había buscado y que jamás se había opuesto ni resistido. Que esos encuentros íntimos eran frecuentes y no forzados.

Para justificar esa particular situación, el enjuiciado adujo que durante la gestación de quien se convirtió en su pareja, su esposa estuvo en Buenos Aires y creía que en realidad no era hija suya.

Recién en el juicio se ‘enteró’ de que los exámenes de ADN confirmaban su paternidad, así como los cinco niños que son, simultáneamente, hijos y nietos.

Otro de los argumentos que se expusieron en la audiencia de ayer fue que la presunta damnificada no habría tenido 12 años cuando comenzaron los abusos, sino 15 porque su madre la habría inscripto varios años después de que nació.

En función de ello, es que la fiscala Mariela Bitar de Papa pidió que el tribunal arbitre los medios para pedir informes al Registro Civil sobre el acta de nacimiento de la denunciante, la que será enviada el martes a Tribunales.

Asimismo, las fuentes reconocieron en que hay contradicciones entre lo que dijeron los testigos y lo que manifestó el acusado, en cuanto al comportamiento de la denunciante. Para los primeros era retraída y poco salía de su humilde vivienda de Jume Esquina, en contraposición a lo que manifestó su progenitor.