El presidente Evo Morales anunció ayer su decisión de someter a la consideración de la Cumbre de diciembre de los movimientos sociales la nivelación de precios de los carburantes respecto a los vigentes en el mercado regional, lo que supondría la “reducción gradual” de la subvención estatal y no así un “gasolinazo”.

Convocó a las organizaciones sociales bolivianas a construir una nueva agenda de desarrollo nacional.

En conferencia de prensa, el Jefe de Estado informó que este año la subvención de la gasolina y diésel superará los 600 millones de dólares, mientras que para la gestión 2012, de acuerdo a la revisión de datos económicos que se hizo, la subvención demandará más de 700 millones de dólares del Tesoro General del Estado (TGE). "Eso no es la plata del Evo, es del Gobierno, del pueblo boliviano, tarde o temprano van a decir que tenía razón el Gobierno", sostuvo.

Dijo también que diferentes sectores de la población pueden considerar que fue un error el denominado “gasolinazo” de diciembre de 2010 pero para otros fue un acierto porque se cuida la economía nacional.

“Si algún periodista dice gasolinazo se equivoca, es una nivelación del precio del combustible, esa subvención hace mucho daño a la economía nacional. En una encuesta que se hizo, el 50 por ciento apoyaba la nivelación”, manifestó.

Para el Presidente, los responsables de la subvención de los carburantes son los gobiernos del MNR y ADN, por lo que quienes “defendieron esta política” amparan decretos supremos de esas dos administraciones tradicionales.

Los precios de la gasolina y el diésel permanecen congelados desde 1997, lo que, según el Gobierno y entidades privadas y colegiadas, alientan el contrabando de carburantes a los 5 países limítrofes, a pesar del control ejecutado por las Fuerzas Armadas bolivianas. La subvención estatal a los carburantes data desde 1988 y en 20 años ha crecido en 7 veces, en desmedro de la economía.

Los frutos del contrabando

El Presidente explicó que en la frontera de Bolivia con Brasil el litro de gasolina o diésel tiene un costo aproximado de 3 bolivianos, pero en el vecino país el precio se incrementa a 13 bolivianos, lo que le genera a una persona dedicada al micro-contrabando importantes ganancias, pues se compra diez litros en el lado boliviano y lo vende en Brasil obtendrá con facilidad 100 bolivianos "sin hacer mucho esfuerzo y en cuestión de minutos". Dijo que recibió ayer quejas por parte de la población de San Matías, frontera con Brasil, donde pese al esfuerzo de las Fuerzas Armadas para combatir el contrabando de combustible, varias familias se dedican al contrabando hormiga.