Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 03:42

El trayecto del riesgo al diálogo

El trayecto del riesgo al diálogo
Yucumo es la siguiente etapa de la marcha de indígenas que protesta por el trazo de la carretera Cochabamba-Beni.

Allá, muy cerca del departamento de La Paz, les espera una barricada y zanjas construidas para detenerla en su camino a La Paz.

Dada la determinación de las varias etnias indígenas de la Amazonia que forman la columna caminante, aquel propósito de también indígenas y campesinos de Yucumo, que apoyan la ruta oficial, hace temer un enfrentamiento.

La protesta ya anuncia el recomienzo de su marcha desde San Borja y los 50 kilómetros que lo separa de Yucumo podrán ser cubiertos en dos días, más o menos.

En previsión de un conflicto que podría derivar en actos violentos, el Gobierno ha enviado un contingente de trescientos policías a esa localidad, con el objetivo de persuadir a una conducta de tolerancia.

Las últimas noticias señalan que pobladores de Yucumo expresan que no tienen nada contra los indígenas en marcha, sino que hacen este bloqueo como presión para que se instale el diálogo entre el Gobierno y los marchistas.

Si hasta antes de esta declaración la contraprotesta era motivo de censura de parte de varios sectores de la sociedad, ahora las cosas han cambiado sustancialmente.

Durante semanas, los titulares de la prensa cambiaban diariamente. Un día se decía que el diálogo estaba instalado, al día siguiente, que se frustró una vez más, y así sucesivamente, hasta que los ciudadanos comenzaban a preguntarse sobre la seriedad de los interlocutores y hasta de la propia prensa.

El elemento del probable enfrentamiento en Yucumo o la posible presión para que una vez por todas comiencen negociaciones, cambia en algo este escenario de idas y venidas infructuosas.

Tanto los grupos de indígenas que rechazan el trazo de la carretera por el TIPNIS, como el Gobierno y sus sindicatos que sostienen que el camino debe seguir ese trayecto, tienen unos días para reflexionar sobre sus posiciones, antes de que llegue la marcha a ese pueblo, lo que se calcula que sucederá mañana, domingo o el lunes, si recomienza la caminata.

Este problema que polariza cada día más a los bolivianos debe ser solucionado antes de que ocurra un acontecimiento que todos lamentarían.