El milagro se produjo y la selva parió un sobreviviente. Minor Vidal Huerta, caminó más de un kilómetro desde el lugar donde se produjo el accidente de aviación y tras alcanzar las orillas de la laguna Rossendi cerca del río Ibare, llamó la atención de una patrulla militar que lo buscaba por esa zona. Tenía en la mano una bandera que hizo con ropa que encontró en la zona de la tragedia y la agitó para que una patrulla de militares navales lo divisara y se produzca su rescate. Fue a las 08:15 de la mañana.

“Tomé mi propio orín, filtraba agua con mi chompa, era agua del monte”, dijo el sobreviviente.

Sus rescatistas revelaron que tras ser alcanzado por la patrulla militar, Minor se arrodilló en la arena, juntó las manos, miró al cielo y agradeció a Dios.

 Para el comandante  de la Armada Boliviana, el capitán de Navío David Bustos, lo ocurrido fue un milagro y las ganas de vivir del rescatado “eran increíbles” porque “no quiso echarse a la camilla que le habíamos facilitado y prefirió caminar hasta la lancha patrullera que estaba en la orilla del río Ibare, después nos pidió ver a su familia, estaba muy consciente”.

El militar dijo que la misión fue cumplida; una misión encargada por la ministra Cecilia Chacón para realizar patrullaje por agua, aire y tierra hasta encontrar al sobreviviente “y así sucedió, estamos muy emocionados con el resultado”.

 Los rescatistas informaron que el sobreviviente tuvo que caminar más de un kilómetro hasta alcanzar el río Ibare desde el lugar del accidente en la confluencia de los ríos Ibare y Mamoré entre las lagunas Brava y Rossendi.

 Los rescatistas contaron como anécdota que Minor Vidal Huerta, les reveló que estaba enterado de todo el proceso de rescate porque escuchaba el sobrevolar de helicópteros pero no pudo llamar la atención de los rescatistas porque estaba demasiado lejos del lugar de operaciones aéreas y prefirió buscar comunidades campesinas que él creía deberían estar por la zona a lo lejos gritos de personas pero no podía hacer nada para llamar la atención.