Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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Amenaza chilena

Amenaza chilena
El día martes 31 de mayo del presente año, el ministro de Defensa chileno, Andrés Allamand, declaró públicamente la decisión del gobierno de Sebastián Piñera, presidente chileno, que Chile usará sus Fuerzas Armadas para “hacer respetar” el ilegal Tratado de Paz y Amistad de 1904 firmado por Bolivia bajo la amenaza de sus Fuerzas Armadas, estacionadas en ese entonces en la frontera peruano boliviana, de intervención bélica sobre la ciudad de La Paz, totalmente desguarnecida, pues según los victoriosos araucanos: La victoria da derechos y por ello se apoderan del Atacama y todo el Litoral boliviano.

Lo especificado líneas arriba se debe a que el Gobierno boliviano ha manifestado su intención de denunciar ante la próxima reunión de la OEA, la terca negativa de resolver el enclaustramiento marítimo del cual es víctima Bolivia, precisamente por la usurpación pirata que realizó Chile en 1879 apoderándose “sin guerra”, por sorpresa, con premeditación y alevosía del Litoral boliviano y obligando a Bolivia bajo inminente invasión bélica, en caso de negarse, a firmar el leonino Tratado de 1904 irónicamente titulado de “Paz y Amistad”, el mismo que es ilegal de toda legalidad y nulo de toda nulidad por haber sido impuesto por la fuerza y la amenaza lo cual justifica que si Bolivia demanda al país usurpador ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, esta Corte tiene obligación de cumplir las leyes internacionales: condenando al agresor y demandando la reparación que en justicia Bolivia haya pedido.

Por ello ahora los araucanos, cuya culpabilidad la tienen y la sienten en su desleal conciencia, temen y tienen la certeza de que ante la Corte saldrán perdidosos y se verán obligados ante la comunidad internacional a resarcir los daños al país víctima de su bellaca ambición. Entonces no tienen otra solución que la de emprender otra nueva acción pirata e invadir el territorio boliviano con el pretexto de hacer cumplir el ilegal Tratado de 1904, sin embargo, también saben que otra repetición de la bellaquería como la de 1879, la comunidad mundial jamás permitirá que se repita y por ello piensan que a su supuesto enemigo, Bolivia, hay que amedrentarlo con amenazas vedadas tal como las ha dicho el ministro de agresión chileno Andrés Allamand en la esperanza de que Bolivia se sentirá desamparada ante el posible ataque chileno y que por ello “tirará la toalla” y las cosas seguirán como están para siempre.

Los araucanos belicistas no se dan cuenta de que el mundo ha progresado en el sentido de proteger a los países débiles y pacíficos siendo principalmente la ONU la defensora de ellos y que jamás se permitirá, una agresión pirata, como la de 1879, sin hacer pagar las cuentas a los prepotentes belicistas chilenos.

Por eso y por mucho más es de necesidad vital que el Gobierno boliviano, con actitud responsable ante la nación y la historia en defensa de la legalidad, demande a Chile ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, previamente llamando al personal idóneo de todo el país para formar un comité que prepare y redacte la demanda sin importarle las amenazas chilenas ni los comentarios de la quinta columna. Es incomprensible desde todo punto de vista que la prepotencia chilena se atreva a desafiar a la justicia internacional amenazando con su potencia bélica a un país desarmado y pacífico ante sólo el anuncio de acudir a esos organismos en demanda de justicia, pero debemos comprender que el mea culpa chileno les roe su conciencia haciéndoles cometer semejantes errores que les costará en el ámbito de la justicia internacional la reparación de su crimen, pues no hay crimen que no se pague.