En medio de muestras de dolor de los familiares y todo el entorno del ráquetbol nacional fueron sepultados ayer los restos de Juan Carlos Tapia, entrenador de la selección nacional de ráquetbol y formador de los mejores raquetbolistas de Cochabamba.

El sepelio se produjo ayer en horas de la tarde en el Cementerio Concordia después de una misa de cuerpo presente celebrada en el salón velatorio Concordia de la calle Reza donde acudieron amigos, deportistas, dirigentes y personas identificadas con la personalidad del que en vida fue un gran deportista y destacado entrenador de ráquetbol.

Juan Carlos Tapia también incursionó en otros deportes como el fútbol, habiendo jugado en el Club Enrique Happ durante su juventud constituyéndose en un valor importante de dicha entidad en aquella ocasión. Juan Carlos Tapia dejó de existir a los 46 años, después de una vida dedicada al ráquetbol, primero como deportista, siendo varias veces campeón nacional y seleccionado boliviano, siempre dejando en alto el nombre del país.

Hace 10 años dejó el ráquetbol como deportista activo y pasó a ser el entrenador de varios jugadores jóvenes a quienes formó desde sus inicios, para convertirlos en campeones mundiales, como es el caso de Carola Loma y Jazmine Sabja, Massiel Rivera y otros.

Su trabajo por el ráquetbol boliviano fue reconocido cuando en 2009, se lo designó como el seleccionador del equipo nacional que logró siete medallas de oro y dos de plata en los Juegos Bolivarianos de Sucre, en noviembre de 2009.

No todos los días se escribe la historia ni mucho menos todos los hombres o mujeres de esta tierra bendita son merecedores de inmortalidad.

Cualquiera puede hacer historia pero sólo un gran hombre puede escribirla y eso precisamente fue lo que "Juan Carlos Tapia", hizo a lo largo de su vida, por el ráquetbol que pierde una gran personalidad.