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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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El homenaje a la madre boliviana

El homenaje a la madre boliviana
El homenaje. El homenaje debe inducir a comprender la situación y analizar la realidad de vida de millones de madres bolivianas para brindarles mejores oportunidades.

En un país como el nuestro con estructuras económicas débiles y un aparato productivo endeble, el rol de las mujeres madres tiene una significación de verdadera importancia en la economía de las familias.

En un día como éste, dedicado a la Madre Boliviana, los parabienes para este ser tan querido y entrañable para todos los bolivianos y seres humanos en general, no pueden estar alejados de la realidad que soportan millones de madres que se ven obligadas a salir a trabajar, algunas, las menos en las fábricas y comercios y las más en las calles, en la informalidad que se convierte en una especie de tabla de salvación para la manutención diaria de los hijos mediante la venta de mercaderías diversas.

En Bolivia se expresan dos situaciones en relación a las madres que trabajan. La una que agrupa a mujeres que trabajan porque buscan un factor de independencia y de realización en la profesión o en habilidades técnicas, intelectuales o artísticas. En la otra están las madres que trabajan porque son el sostén de la economía familiar ante el creciente desempleo que golpea a los maridos. De acuerdo a estudios sociales en Cochabamba el papel de la madre trabajadora es fundamental y tiene larga data hasta convertirse en miles de casos en que la mujer trabaja aportando al sostén del hogar, pero al mismo tiempo en la persona que administra sabiamente los pocos recursos.

Las madres que trabajan asumen renunciamientos más o menos soportables de acuerdo a su condición económica, algunas renuncian a la presencia de sus hijos y delegan su cuidado a trabajadoras del hogar o niñeras, las otras con limitaciones económicas, que como se ha dicho son las más, se separan de sus hijos durante la jornada diaria lo que importa un sacrificio emocional más fuerte porque el riesgo de la ausencia de la madre es mayor para los hijos, principalmente en edad escolar, y factores que pueden ser adversos para su educación.

Lo que hay que valorar en la mayoría de los casos es que la madre que deja el hogar para trabajar fuera de él, nunca olvida el rol de madre y esto se evidencia tanto en los hogares pudientes como en los de menores recursos. Ésta es la grandeza de un ser que da la vida a sus hijos y luego lucha por ellos hasta en las circunstancias más difíciles.

Las condiciones económicas que afectan a muchos hogares bolivianos, la falta de oportunidades de vida y de trabajo, ha creado desde hace algunos años otra situación que a partir de la fuerza de la necesidad ha obligado a la migración de miles de madres bolivianas a países como Estados Unidos, España y otros europeos, donde trabajan en condiciones irregulares en cuanto a su situación legal y cercanas a la explotación laboral, sin seguridad social y muchas veces que afectan la dignidad de la persona. Realizan los trabajos más difíciles y duros y logran reunir y ahorrar algún dinero, guardando lo estrictamente necesario para su subsistencia, y el resto lo envían mediante remesas mensuales al lejano hogar en Bolivia, para la alimentación y educación de los hijos. Este drama del desarraigo familiar, de la lejanía y el sacrificio del trabajo lo soportan otras miles de madres bolivianas. Son madres que no pueden soñar con su realización porque están alejadas de su razón de vivir que son sus hijos.

El homenaje a las madres de Bolivia debe inducir a comprender la situación por la que atraviesan, y en la capacidad de gobernantes y de ciudadanos, de analizar la realidad que enfrentan las madres y en consecuencia brindarles oportunidades y calidad de vida.