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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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ZENOBIA ABRAZÓ A SU HIJO EN LA FLOTA, A LA QUE LA MADRE LE DIO ALCANCE EN SUTICOLLO, A 18 KILÓMETROS DE LA CIUDAD

Franklin al fin está con su madre, tras su larga travesía

Franklin al fin está con su madre, tras su larga travesía



Cuando llegaba al sector de Suticollo a bordo de la flota que lo trajo de Iquique hasta Cochabamba, a Franklin Villca Huanaco (10) se le llenaron los ojos de lágrimas al reconocer a su madre que subía al bus para acompañarlo en el resto del viaje hasta la Terminal de Buses. Una sola palabra salió de su boca al entregarse a los brazos de Zenobia Huanaco (45): "Mami!". Madre e hijo lloraron, se abrazaron y besaron por muchos minutos dentro del bus, en el reencuentro más esperado de las últimas semanas, según relataron los pasajeros que fueros testigos de la conmovedora escena.

La ansiedad de Franklin por ver a su madre le quitó el apetito en principio. Cuando los asistentes de viaje de la flota El Paraíso le trajeron como almuerzo un plato con costillitas de cerdo, recordó que a su madre le gustan mucho y las guardó para dárselas después como una muestra de amor. Como no había almorzado, quiso comer un charque al pasar la frontera y por poco él y la funcionaria del Sedeges que fue a recogerlo, fueron dejados por el bus que se alejó para someterse a controles rutinarios.

Luego del reencuentro, y mientras el bus se dirigía a la Terminal de Cochabamba, Franklin le mostró a su mamá, delante de todos los pasajeros, los regalos que recibió en Chile y el dinero que le dieron unos niños chilenos en la Terminal de Iquique.

A las 16:05 horas de ayer madre e hijo llegaron a la Terminal de Buses de Cochabamba y bajaron tomados de la mano, sin despegarse un segundo. ¿Cómo estás? preguntaron los periodistas. “Estoy muy feliz, al ir pasé tres días sin comer y sin tomar nada para que el chofer del camión al que me subí no me bote y yo decía cuándo llegaré a Cochabamba y no llegaba, pero ahora estoy feliz”, contó.

Franklin dijo que nunca leyó "Corazón", la obra de Edmundo de Amicis en la que el capítulo "De los Apeninos a los Andes" narra la historia de Marco, un niño que viajó desde Italia hasta la Argentina en busca de su madre. “No sabía eso yo sólo quería ir a Cochabamba para buscar a mi mamá” le dijo a este diario. Sin embargo llegó hasta Iquique, Chile, al viajar de polizonte en el chasis de un camión que él pensó que se dirigía a la ciudad del valle. Fueron 1.000 kilómetros de incomodidad, hambre y sed, pero lo movían los recuerdos de la linda relación que tenía con Zenobia, antes que ella pasara los últimos tres años en una cárcel cochabambina por un delito de narcotráfico.

La sacrificada travesía tuvo su lado positivo. Franklin cumplió su sueño de conocer el mar de la mano de una familia chilena que lo acogió con mucho amor. El camión en el que viajó de polizonte arribó a un estacionamiento, cuya propietaria es Margarita Flores. La mujer se apiadó de la historia de maltrato del niño y lo hizo parte de su familia. La funcionaria del Sedeges, María Elena Valencia, contó que esa familia lloró al despedir a Franklin en Iquique y le hizo prometer que algún día volvería a Iquique, pero esta vez acompañado de su mamá, para disfrutar de unas vacaciones. Franklin ya está entusiasmado con la idea. Su rostro sólo se ensombreció de nuevo cuando le preguntaron porqué se arriesgó tanto. “Mi madrastra mucho me maltrataba y ella (Zenobia) siempre ha sido buena conmigo” dijo y sus ojos se humedecieron. “Iquique es lindo, el mar es lindo, todos me han tratado bien, pero ya estoy con mi mamá y ya no voy a viajar más, subí al Volvo en la calle Velasco y Catacora porque ví que decía Cochabamba, pero se fue a Iquique el camión”, dijo.

Madre e hijo agradecieron la ayuda recibida, subieron al carro de la directora de Desarrollo Humano Celima Torrico y se fueron, al fin juntos.

“Ni el juicio me separará de mi hijo”

Para el jueves 19 de mayo está prevista la audiencia de juicio oral contra Zenobia Huanaco (45), la madre del “niño viajero”, por el delito de tráfico de precursores de droga. La mujer fue aprehendida en Bulo Bulo hace tres años y cinco meses y debido a la mora judicial pasó más de 36 meses presa sin haber sido juzgada. En una audiencia demostró que la justicia no llegaba a pesar del tiempo transcurrido y salió en libertad con medidas sustitutivas, pero este jueves podría ser sentenciada a una pena de entre 2 y 8 años de cárcel. Consultada sobre el destino de Franklin en caso de ser condenada, respondió rotunda: “No me van a sentenciar, yo ya pagué lo que debía pagar, sufrí tanto, nunca más me voy a meter en esas cosas y a mi hijo no lo suelto más, es mi hijito menor, es muy querido y nadie me separa de él”.

La directora del Servicio Departamental del Gestión Social (Sedeges), Vivian Peñarrieta, dijo que se reuniría con Celima Torrico y otros funcionarios para estudiar la situación legal de la custodia del niño, sobre todo en el caso de que su madre pudiera ser sentenciada. “El pequeño no quiere volver con su padre por nada y una posibilidad es nuestros hogares pero vamos a analizar lo que pasa, pensando siempre en el bienestar de Franklin, lógico hablaremos con él antes”, declaró.