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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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El necesario quechua en Cochabamba

El necesario quechua en Cochabamba
La mujer llega del campo, luego de los obstáculos burocráticos e idiomáticos, con los que tropieza en la ciudad, encuentra la oficina donde debe seguir un trámite. Se pone en la cola y accede a la ventanilla donde un funcionario la observa. La mujer le explica el motivo de su visita. El empleado la mira; sin comprender. Ella repite su petición, en palabras más sencillas como para que entienda este joven; pero, en su semblante se agudiza su ignorancia. Pasan pocos minutos, y el empleado, recuperado su aplomo, opta por la salida clásica y burócrata para desembarazarse de estas personas: “Señora, vuelva mañana, y por favor deje pasar al siguiente”. La mujer reflexiona y concluye que su interlocutor no la ha escuchado bien. Quiere reclamar, pero ya no tiene lugar en la fila y, calcula, debe retornar a su pueblo a bordo de más de un micro y el último tramo a pie, u optar por pasar la noche en la calle a la espera que la oficina se abra, por la mañana.

El dependiente es víctima en un drama que lo hace culpable involuntario, pero, culpable al fin, del delito de discriminación. La causa primera es su ignorancia. No sabe hablar el quechua. El idioma de la mujer que ha despachado sin otro motivo que el no poder comunicarse con ella. Una vez más la ignorancia hace culpables.

La Constitución Política del Estado, ha introducido la obligación de que los funcionarios de oficinas públicas y privadas con trabajo de contacto con público deben ser bilingües.

Como la aplicación de esta disposición está vigente, los funcionarios y postulantes a cargos públicos no bilingües han comenzado a buscar academias donde aprender el quechua.

Entre éstos hay los que efectivamente aprenden este idioma. Pero, también los que buscan certificados fraguados.

Para ambos grupos existen alternativas.

Para el primero, institutos donde enseñan el idioma nativo. Allí acudirán quienes tienen conciencia de la importancia de la herramienta indispensable para comunicarse.

Para el segundo, hay un tráfico de certificados de estudios con los que creen que podrán acceder y mantener sus cargos. Algo completamente improbable, pues cada día será como dar un examen de sus conocimientos de la lengua ante el público que acude a su repartición.