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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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El pasaje subió en los hechos a Bs 1,80

El pasaje subió en los hechos a Bs 1,80
La concesión a los micreros, minibuseros, trufistas, etcétera, es decir, a los transportistas urbanos, que tan solícitamente dieron Alcalde, Gobernador y Concejo Municipal, es en teoría veinte centavos, de Bs 1,50 a 1,70.

Sin embargo, la realidad cotidiana demuestra que subió treinta centavos, porque los choferes dan cambio de sólo 20 centavos a los pasajeros, guardándose 10. Explicaban, (ya ni siquiera lo hacen) que no hay en circulación estas monedas “ni en los bancos”, acusando con esto la supuesta ineficiencia del sistema financiero.

Después de un movimiento absolutamente impopular y ya vencido, la decisión última del Concejo Municipal concedió este aumento en los precios de los pasajes sin tomar la mínima precaución de prever el problema de la existencia de monedas de diez centavos, necesarias para que su ordenanza se cumpla.

Las normas, leyes, ordenanzas que deciden los legisladores, en este caso los concejales no pueden ser aprobadas si no existen las condiciones para imponerlas; y la falta de monedas de diez centavos, que sumadas en el gasto de las familias y globalmente por los ciudadanos que utilizan este servicio, aportan una ganancia extra y grande a los transportistas. Resultado de lo que fue, si no una imprevisión, una negligencia de estas autoridades. Se dictanz normas ofreciendo medios para aplicarlas.

Así, los dueños de los vehículos de transporte público ganaron por doble partida. El aumento en los papeles más el plus de la realidad cotidiana.

Lo curioso es que el movimiento de los micreros para que se les aumente estaba debilitado y prácticamente vencido por las organizaciones populares lideradas por juntas de vecinos, cuando las autoridades departamentales y municipales se sacaron de la manga el aumento.

Casi todos los argumentos para elevar los precios fueron desbaratados, los más importantes el combustible y los repuestos. En el primero se demostró que el cambio de la gasolina cara por el gas barato y en el segundo el decreto que libera de aranceles para la importación de los repuestos, bajaban drásticamente los costos de operación de los vehículos. Ante tales hechos, y el rechazo generalizado de la población, los transportistas aparecían sin razones para sus pretensiones y paulatinamente volvían a trabajar, hasta que les llegó el “regalo” de 20 centavos que son 30.